Por Ileana Almeida*
El problema del agua empieza a manifestarse como peligro inminente ahora cuando va a tener precio en el mercado, lo que alerta a los científicos, a los ecologistas, a los políticos sinceros y a la gente en general. Por temor a que falte el líquido vital, el agua empieza a ser cotizada en Wall Street como si fuera oro o plata. ¿Pero quién gana con esta inusitada decisión? Indudablemente las empresas trasnacionales que quieren imponer sus intereses económicos y defenderlos con la mecánica de política de clases a escala internacional.