Con la novedad señora Ministra del ramo que, después de haber indagado a profundidad sobre el felino del señor Assange, debemos concluir que, en efecto, el gato es un espía de peligrosidad A4, que en términos policiales significa amenaza rectangular. A nuestro entender es más nocivo que el sueco hacker que ya fue encarcelado por dar muestras irrefutables de que es amigo de hace muchos años, lo que lo convierte en culpable de coincidencia ideológica externa.
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Mi abuela ha prohibido nombrar en su casa al Presidente y a sus funcionarios. “No me importa cómo se llamen, para mí son todos esos unos miserables. Y así se los llamará de hoy en adelante en mi casa. Miserables. Punto”.
Cualquier parecido con los Ruptura de los 25 o los 30 o más es pura coincidencia. Como es coincidencia que justo en este gobiernucho de morenos, cuestas y michelenas, los susodichos hayan alcanzado ser lo que ahora son. Nadies. Así, con ese al final para que resuene en todos los rupturas que en el Ecuador han sido, son y serán.
¡Belleza de concierto en la frontera colombo venezolana! Unas ganas de llorar con cada artista que aparecía. Se me fueron las lágrimas con Maluma y su genuino arte reguetonero. Casi me desmayo de la emoción con la reconciliación en vivo y en directo de Chino y Nacho, dos poetas de la epifanía posreguetonera. Felices los tres, los cuatro, todos.
Henos aquí para decirle a la ciudadanía que sí o sí vamos a cobrar esos intereses de las tarjetas de crédito de diciembre y enero. Que el gobierno haya hecho su circo es una cosa pero que nosotros nos hagamos los sensibles es otra. Esa no es nuestra misión. Somos banqueros, fuimos banqueros y siempre seremos banqueros. La Asobanka no se amedrentará ante los gritos, insultos y demás epítetos de los amargados de siempre que vuelcan sus bajos instintos en las redes sociales. Envidiosos porque no son banqueros.
La siguiente conversación entre el Presidente Moreno y alguno de sus Ministros fue grabada y, posteriormente, filtrada por algún asesor en las redes sociales. Este medio no se responsabiliza por las palabras expresadas. Se recomienda la lectura de este texto sin la presencia de menores de edad y de personas hipertensas.
¿Qué les hicimos para que nos insulten así? ¿Somos malos, mamá? ¿Por qué quemaron nuestro colchón si no era de ellos? ¿Por qué tenemos que salir corriendo como si fuéramos ladrones, mamá? Dime mamá, no entiendo. ¿Yo también soy un niño malo? Te juro que no hice nada, yo solo dormía contigo y mi hermanita. ¿Es porque no les gusta lo que vendemos? ¿Nos tenemos que ir también de este país? ¿A dónde nos vamos ahora? ¿Por qué no nos quieren? ¿Qué les hicimos, mamá? ¿Qué les hicimos?
De llorar los candidatos a la Alcaldía de Quito. Como para chumarse el día de las elecciones y olvidarse de eso que llaman ir a votar. A excepción de uno o dos el resto es como para santiguarse de rodillas.
Nota: En este escrito no hay poesía, ni buenas formas ni cortesía. Solo bronca.
Bien decía mi abuelita: “Estos del gobierno son unos canallas. Verás cómo en vísperas de navidad te suben la gasolina o te disparan un paquetazo del tamaño de sus ansias”. No se equivocó la abuela. Y dijo canallas en alta voz, como para que se nos quede grabado. Y claro, no había que ser abuelita o brujo para convencerse de que estos canallas enquistados en Carondelet iban a salir con su domingo 7 o su navidad 24.
¿Qué soñaba Miguel cuando estaba despierto? ¿Cuántas horas dormía, Miguel? Esas ojeras parecían ser el testigo de algún insomnio inconfesable ¿Qué desayunaba, Miguel? ¿Qué noticiero miraba mientras decodificaba sus discursos empresariales? ¿Tuvo algún credo, alguna cábala, un ciempiés en el florero, una herradura en la puerta, un libro de Marx debajo de la almohada?
Yo, Antonio de los Acostas, presidente del prestigioso Banco de los pichinchas, quiero agradecer públicamente a ese gran hombre sentado en los Carondeletes, por haber hecho historia. Mientras escribo estas líneas sendas lágrimas de emoción brotan de mis acaudaladas mejillas. Po fin alguien que se atrevió a pensar en los bancos de forma tan clara y transparente. Por fin un alma de dios
Querido nieto:
¿Así que Nebot o Lasso? Primero te saludo, luego te basureo con harto cariño de abuela.
Cuando los pelagatos y los Fundamedios hablan de libertad de expresión, ¡Jesús!, hay que asustarse. A nombre de su libertad de expresión dicen, acusan, insultan, juegan al chisme, al quizás, al porsiacaso, al hoy vas a ver, al aquí me desquito de todas. Y están en su derecho… y en su derecha.
¡Me sacan a esos payasos de la Plaza! Esa parece ser la consigna de la gris autoridad municipal.
Y llegó el súper héroe del momento: Fernando Balde… Boldo… Balda. Si es verdad que lo secuestraron, bueno, a enjuiciar a los culpables, pero de ahí convertirlo en el galán de telenovela de las 19h00, si es como para bostezar.